«Los jóvenes emigrantes que se trasladan de Timor Oriental a Corea en busca de trabajo y de una vida mejor son también misioneros, que aportan una preciosa herencia de fe, viviendo su testimonio cristiano con sencillez y convicción. Aportan su compromiso y honradez. Además, son dignos de alabanza porque tienen un corazón abierto a la solidaridad: vienen a tierras extranjeras y se sacrifican por sus familias y comunidades, enviando sus remesas a casa». Así lo ha subrayado el cardenal Virgilio do Carmo da Silva, arzobispo de Dili, en una visita a Corea para encontrarse con la población inmigrante que se ha asentado en suelo coreano procedente de la pequeña nación de mayoría católica. «Expreso mi más profundo afecto y aliento a todos los timorenses orientales en Corea», ha declarado.
El Arzobispo de Dili ha recordado: «Timor Oriental, que se independizó de Indonesia en 2002, es ahora un país en vías de desarrollo. Mientras experimentamos el reto del desempleo en el actual marco económico y social, miles de jóvenes abandonan cada año el país en busca de una vida mejor. Y se llevan con ellos el don de la fe que han recibido y cultivado en la comunidad católica timorense».
El Cardenal da Silva ha relatado la alegría que le produjo la visita del Papa Francisco a la Iglesia de Timor Oriental, del 9 al 11 de septiembre, durante su reciente viaje a Asia y Oceanía. Y ha afirmado: «El Papa, como representante de Cristo, ha confirmado que la fe del pueblo timorense se ha convertido en la cultura y la identidad de Timor Oriental». Recordando que había venido a Corea por cuarta vez, ha agregado: «La última vez, con la Congregación coreana para los Beatos Mártires, sentamos las bases de una cooperación en el campo médico. Espero que siempre puedan establecerse nuevos lazos de comunión y cooperación entre la Iglesia coreana y la Iglesia timorense».
A continuación, el Arzobispo ha recordado que el Papa ha invitado a los jóvenes de Timor Oriental a participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2027 en Seúl. «Muchos jóvenes trabajadores de Timor Oriental, casi 6 mil, están ya en Corea. Todos ellos tienen la oportunidad de participar activamente e implicarse en la JMJ de Seúl», ha dicho el Arzobispo, invitándoles a aprovechar la oportunidad, para vivir plenamente un momento de crecimiento humano y espiritual.
Por último, el Cardenal ha expresado su gratitud y agradecimiento a la Iglesia coreana por la acogida y ha dedicado unas palabras especiales a los empresarios coreanos que contratan a jóvenes timorenses, asegurando que ellos, con su proverbial compromiso y dedicación, «podrán convertirse en una fuerza motriz para ayudar a las empresas coreanas en su trabajo».
Crédito de la nota: Fides

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