Fides
15/02/21
El padre Pedro Opeka, de 72 años, es un sacerdote argentino, fundador de
la asociación humanitaria Akamasoa en 1989 como un “movimiento de solidaridad
para ayudar a los más pobres de los pobres” que viven en un vertedero en las
afueras de la capital de Madagascar, Antananarivo.
El primer ministro esloveno, Janez Janša, lo ha
nominado para el Premio Nobel de la Paz 2021 por su dedicación a “ayudar a las
personas que viven en pésimas condiciones de vida”.
Akamasoa (que significa “buen amigo”)
ha proporcionado cuatro mil casas de ladrillo a personas sin hogar y sus
familias y ha ayudado a educar a 13 mil niños y jóvenes.
Durante la pandemia del coronavirus, Opeka ha
realizado grandes esfuerzos para ayudar a las familias que se han hundido aún
más en la pobreza debido a las medidas tomadas contra el coronavirus.
Agencia Fides
Más historias
Iniciativa de los combonianos para personas con discapacidad auditiva en Sudán del Sur
Carlo Acutis, una perla para Asís y un regalo para la Iglesia
Las hermanas canosianas ayudan a las chicas masái a superar la pobreza