«Nuestra preparación para los días de Roma -cuenta el obispo Jean-Marie Chami, vicario patriarcal general grecomelquita para Egipto, Sudán y Sudán del Sur- comenzó ya con nuestra participación en la pasada Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, y nunca se ha interrumpido. La experiencia vivida en estos encuentros debe luego “metabolizarse” en la vida cotidiana de cada uno. Las JMJ son para los jóvenes una ocasión preciosa para experimentar la comunión de la Iglesia universal, siguiendo a Jesús tras las huellas de sus discípulos», añade el obispo Chami.
La participación en el Jubileo de los Jóvenes forma parte de un auténtico itinerario espiritual que llevará a los peregrinos por lugares emblemáticos ligados a santos italianos: San Pío en San Giovanni Rotondo, San Francisco y Santa Clara en Asís, y el joven Carlo Acutis. En Roma, los jóvenes egipcios podrán además venerar las reliquias de los apóstoles Pedro y Pablo.
El grupo de la Iglesia greco-melquita, integrado por 58 jóvenes, contará también con participantes procedentes del Líbano y los Emiratos Árabes. «La Iglesia universal es mucho más grande que nuestra pequeña realidad local. En Roma, visitaremos los lugares de aquellos que, tras Pentecostés, partieron para anunciar la salvación en Jesucristo a todos los pueblos. El viaje está concebido como una profunda experiencia espiritual inspirada en la memoria de quienes nos precedieron. La Eucaristía diaria y la adoración del Santísimo Sacramento serán el centro de nuestras jornadas», explica el obispo Chami.
En Egipto, los jóvenes que se preparan para la peregrinación se han reunido mensualmente para celebrar la Eucaristía y compartir encuentros centrados en la virtud teologal de la Esperanza. La semana en Roma culminará con la vigilia de oración junto al papa León XIV la noche del sábado 2 de agosto, y la misa de clausura presidida por el Pontífice el domingo 3 de agosto.
La presencia de la Iglesia católica greco-melquita en Egipto se consolidó a partir del siglo XVIII, cuando libaneses, sirios y palestinos se trasladaron al país tras la unión con Roma de esta Iglesia de rito bizantino (en 1724), atraídos por las oportunidades laborales y llevando consigo su espiritualidad y tradiciones. En 1838, el Patriarcado melquita estableció un Vicariato Patriarcal para Egipto con sede en El Cairo, bajo la autoridad directa del Patriarca de Antioquía, que abarca también a los fieles melquitas de Sudán y Sudán del Sur. Hoy existen parroquias greco-melquitas en El Cairo (Heliópolis, Shoubra y Maadi), Alejandría, Tanta y Mansoura, así como numerosas obras pastorales, educativas y sociales impulsadas por esta comunidad.
Crédito de la nota: Agencia Fides.
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