En la carta, Francisco reflexiona sobre el legado espiritual, el celo apostólico y el cuidado pastoral que san Vicente de Paúl ha transmitido a la Iglesia universal, espera que los rasgos salientes de su obra sigan surgiendo hoy para que los jóvenes puedan beneficiarse de ella.
Para el Papa, el ejemplo de san Vicente puede «inspirar particularmente a los jóvenes, que con su entusiasmo, su generosidad y su preocupación por construir un mundo mejor, están llamados a ser testigos audaces y valientes del Evangelio entre sus compañeros y dondequiera que estén».
Hoy, la Familia Vicenciana, que incluye más de 100 ramas de sacerdotes, hermanos, hermanas, laicos y hombres, continúa iniciando obras de caridad, emprendiendo nuevas misiones y ayudando en la dirección espiritual, en la formación del clero y de los laicos, como la Sociedad de San Vicente de Paúl, fundada en 1833 por el beato Federico Ozanam, «una extraordinaria fuerza del bien al servicio de los pobres, con cientos de miles de miembros en todo el mundo», subraya el Papa.
Crédito de la nota: Vatican News
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