El amor comparado con el tango, el baile de su patria, Argentina, que el Papa Francisco confesó haber «bailado a menudo» de joven. Un «maravilloso juego libre entre hombre y mujer». Así comienza el texto inédito que el Pontífice escribió como prefacio al libro «Youcat. Amar para siempre», publicado por la Fundación Youcat, editora del «Catecismo oficial para los jóvenes de la Iglesia católica». Diseñado para acompañar a las nuevas generaciones en el camino hacia el matrimonio cristiano, el volumen se publicará próximamente.
Vida en plenitud
En la danza tradicional argentina, escribe el Papa, «el bailarín y la bailarina se cortejan, experimentan la cercanía y la distancia, la sensualidad, la atención, la disciplina y la dignidad. Gozan del amor y sienten lo que puede significar entregarse por completo». La mirada del Pontífice, sin embargo, no se desilusiona: «¿Cuántos matrimonios fracasan hoy después de tres, cinco, siete años?», observa. «¿No sería mejor, entonces, evitar el dolor, tocarse sólo como en un baile pasajero, disfrutar el uno del otro, jugar juntos, y luego dejarse?», se pregunta. «¡No crean!», responde enérgicamente, dirigiéndose a los jóvenes. «Crean en el amor, crean en Dios, y crean que pueden afrontar la aventura de un amor para toda la vida». En efecto, en el ser humano reside «el deseo de ser aceptado sin reservas», y experimentarlo conduce a una ganancia última: «la vida en plenitud».
Con el amor no se bromea
«¡Una sola carne!», escribe Francisco, citando la Sagrada Escritura y refiriéndose a esa unión matrimonial para la que «es necesaria una adecuada preparación», porque «toda la vida se desarrolla en el amor, y con el amor no se bromea». El Papa propone, por tanto, un «catecumenado», término que en la Iglesia primitiva indica «un camino, a menudo plurianual, de aprendizaje y de verificación personal». Un camino que conduce a esa «Amoris laetitia» -del título de su Exhortación apostólica postsinodal- a esa «alegría del amor» que, «paso a paso», «con los ojos llenos de estupor, no debe detenerse».
Crédito de la nota: Vatican News
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