10 diciembre, 2024

El Futbol Club Maia rinde homenaje al padre Carlos Bascarán, futbolista comboniano

El club de futbol de Portugal, Maia, recordó al padre Carlos Bascarán en el primer aniversario de su muerte en Brasil, donde realizó su trabajo como misionero comboniano.

Un grupo de personas del antiguo equipo Futbol Club Maia de Portugal, se reunió la tarde del 22 de septiembre en el Seminario Comboni de Maia para rendir homenaje al P. Carlos Bascarán en el primer aniversario de su muerte. El padre Carlos jugó en este equipo durante el período en el que estudiaba teología en Oporto y ejercía como prefecto en el seminario, de 1966 a 1970.

El comboniano español murió víctima del Covid-19 el 22 de septiembre de 2020, en Santa Rita, en el estado de Paraíba, en el noreste de Brasil. Tenía 79 años, la mayoría de los cuales pasó en ese país.

Tras la celebración eucarística, el grupo quiso recordar al ex futbolista con una ceremonia sencilla: plantaron un olivo y descubrieron una placa conmemorativa en el espacio contiguo al campo de fútbol del seminario: «Padre futbolista del FC Maia Carlos Bascarán Collantes ( 1941-2020) amigo que los fans de Maia guardan en sus corazones».

Durante la conmemoración se presentó el «Projeto Legal», una de las obras sociales que el padre Carlos amaba. Desde abril de 2014, el proyecto atiende a más de 160 niños y adolescentes de Marcos Moura, Municipio de Santa Rita, ofreciendo alimentación y educación a niños de la calle.

El padre Carlos, además de un excelente futbolista, también fue un buen músico. Usó el fútbol y la música como método misionero para estar con su pueblo. Hombre humilde y alegre, de larga barba blanca, se separó de las chanclas brasileñas solo cuando se calzó las botas de fútbol.

Había comenzado a estudiar Química en la Universidad de Oviedo cuando eligió el servicio misionero como misionero comboniano, realizado en Portugal, España y, sobre todo, en Brasil.

Aquí el video de la misa realizada en su honor:

https://www.facebook.com/watch/live/?v=185338047010905&ref=watch_permalink

Crédito de la nota: comboni.org