El deporte tiene un «poder increíble» para promover la inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad. Esta idea centró el encuentro con Sara Minkara, asesora especial del Departamento de Estado de EEUU para los derechos de las personas con discapacidad, que tuvo lugar en la tarde del 20 de febrero en la sede de Athletica Vaticana.
La asesora, nombrada directamente por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encontraba en Roma para tratar los preparativos de una próxima cumbre del G7 sobre discapacidad, que se celebrará en Italia a finales de este año.
El encuentro
Minkara habló largo y tendido con Sara Vargetto, de Athletica Vaticana, una estudiante de bachillerato y atleta italiana que padece artritis idiopática juvenil desde que tenía sólo 18 meses y utiliza una silla de ruedas para competir. Recientemente, en los campeonatos italianos en pista cubierta, ganó medallas de oro en 60, 200 y 400 metros.
La joven mostró a la asesora especial su vehículo de carreras y ambas se abrazaron emocionadas. Al final de su encuentro, Sara Vargetto entregó a Minkara un bastón de relevo firmado por el papa Francisco.
Fe e inclusión de las personas con discapacidad
El asesor especial indicó que el deporte permite a las personas con discapacidad «entrar realmente en contacto con su propia identidad, la autonomía, el trabajo en equipo, la participación con los demás».
De origen musulmán, la invitada estadounidense también habló del «gran papel» que puede desempeñar la religión en la inclusión de las personas con discapacidad. Afirmó que siempre se encuentra con líderes religiosos allá donde viaja:
«En Nigeria, vimos al jefe de una iglesia y de una mezquita. En Egipto, a la Iglesia copta y a la Universidad de Al-Azhar».
Sara Minkara también elogió el mensaje de inclusión del papa Francisco, describiendo su discurso en la Jornada Mundial de la Juventud del año pasado en Lisboa como «superimportante», con su llamamiento a acoger a «todos, todos, todos».
Competir con el Athletica, una «emoción indescriptible»
Sara Vargetto también declaró a los medios vaticanos que el deporte le había dado «una segunda vida, un renacimiento». «Me ha ayudado mucho – reconoció – tanto físicamente, en cuanto a la motricidad, como psicológicamente, a crecer y a madurar».
Hablando de los recientes campeonatos italianos en pista cubierta, donde ganó tres medallas de oro, añadió que se sentía «muy feliz: He entrenado mucho y ha sido una gran satisfacción, tanto para Athletica Vaticana como para mí personalmente». Sara corre con Athletica Vaticana desde hace casi cinco años y no tiene dudas: «Para mí es siempre una emoción indescriptible llevar este uniforme, estos colores».
Gisotti: El valor del diálogo entre religiones y culturas
También estuvo presente en el encuentro Alessandro Gisotti, subdirector editorial de los medios de comunicación vaticanos, quien subrayó que eventos como el promovido por Athletica Vaticana estimulan «incluso a los medios de comunicación a ser más conscientes de lo mucho que el deporte puede ayudar a fomentar la inclusión a todos los niveles».
Con la consejera especial, Gisotti subrayó la importancia del diálogo interreligioso e intercultural, «un compromiso para el que los creyentes están particularmente llamados a implicarse, como pide el papa Francisco».
Transformar la percepción de la discapacidad
También estuvo presente en la reunión Giampaolo Mattei, presidente de Athletica Vaticana. Tras señalar que Sara Minkara acababa de llegar de París, donde se había reunido con el comité preparatorio de los Juegos Paralímpicos, Mattei reiteró que el objetivo del movimiento paralímpico «no es sólo celebrar grandes acontecimientos o repartir medallas».
El punto central, subrayó, «es demostrar con hechos, no sólo con palabras, lo que los deportistas pueden conseguir cuando tienen la oportunidad de hacerlo. Si esto se aplica al deporte, debería aplicarse aún más a la vida cotidiana».
El objetivo de los Juegos Paralímpicos – concluyó el presidente de la Asociación pontificia – es «transformar nuestra percepción de la discapacidad en la vida cotidiana de una familia, en una escuela, en un lugar de trabajo».
Crédito de la nota: Vatican News.
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