Francisco vuelve a dialogar con niños y jóvenes: esta vez se trata de los hijos de los empleados vaticanos que asisten al Centro de Verano del Vaticano. Como cada año, el Papa ha visitado los grupos azul, amarillo y verde (divididos según las edades), junto al personal y los animadores, guiados por “Superman”, como lo llamó el Pontífice, es decir, el padre Franco Fontana, director de la comunidad salesiana en el Vaticano y capellán de los Museos Vaticanos y de los Servicios de Seguridad.
La llegada del Papa
Un escenario diferente al de los encuentros pasados, siempre en el Aula Pablo VI. Esta vez fue el campo de deportes del nuevo Centro San José, cerca de la Fuente de la Barcaccia, inaugurado en junio gracias a la generosidad de algunos benefactores a los que el Papa recibió a primera hora de la mañana en Santa Marta para expresar su gratitud. Francisco lo acompañó a bordo del conocido Fiat 500 L blanco, mientras los chicos seguían jugando al pádel, a las cartas o se zambullían en la piscina. Música con el himno de “Verano Chicos” y fuertes aplausos anunciaron la llegada del Pontífice, que fue recibido por el cardenal Fernando Vérgez Alzaga y la hermana Raffaella Petrini, presidente y secretaria general del Governatorato respectivamente.
“Cuidar a los niños”
Saludos y apretones de manos, los mejores deseos para una muchacha que recientemente ha tenido un bebé, luego el Papa se trasladó a la pagoda donde se reunió brevemente con el personal del Centro de Verano. “Ex niños” que se han convertido en adolescentes y adultos y ahora están al servicio de esta realidad: “Gracias a ustedes que prestan esta ayuda. Algunos de ustedes antes eran niños y ahora colaboran y ayudan en esto”, dijo Francisco. Una “hermosa obra” que “hace crecer”, añadió, y recomendó: “Cuiden a los niños”
La importancia de la familia
La siguiente parada fue el campo verde, donde todos los niños esperaron al Papa sentados, agitando paneles con las palabras “Gracias”. Cinco de ellos formularon preguntas a Francisco. La primera fue la del pequeño Paolo: “¿Quiénes eran tus caballeros cuando eras pequeño?”.
Una referencia al tema elegido este año, “Caballeros errantes”. La respuesta de Jorge Mario Bergoglio fue inmediata: “Los padres”. A partir de ahí, algunos recuerdos de su infancia en Argentina, de él y sus cuatro hermanos juntos a la mesa con “mamá y papá que nos enseñaban cosas. Los padres, la familia, hacen crecer a las personas”, dijo el Papa. Y, como siempre, recordó la importancia de los abuelos: “¡Son geniales!”.
Los veranos con los abuelos en Argentina
Siguiendo con el tema de los abuelos, impulsado por la pregunta de Matilde, Francisco recordó los veranos pasados con los “abuelos”, tanto los paternos como los maternos. Momentos felices, como siempre que se está en su compañía. “Hablen con los abuelos”, insistió el Papa. “¿Qué piensan de los abuelos? Díganme ustedes, preguntó dirigiéndose al grupo. “Dan alegría”, gritó una niña en primera fila. “Los abuelos nos ayudan a encontrar el camino”, se hizo eco otra. “Eso es bueno, estén cerca de los abuelos, ¿de acuerdo?”.
Nunca el espíritu de guerra, siempre hacer la paz
Otra recomendación del Papa: “Hacer la paz”. “Hacer la paz es lo más hermoso de la vida y debemos aprender a hacer la paz en casa, cuando nos peleamos, con nuestros hermanos, cuando nos enfadamos”. “¡Nunca vayan a la cama sin hacer las paces!”, exclamó Francisco, haciendo que los niños repitieran esta frase tres veces todos a coro. “Nunca vayan a la cama con espíritu de guerra”. Y esto vale para todos: “Incluso para los padres cuando se pelean”.
Prepararse con alegría para el Jubileo
Una mención, en el intercambio con los jóvenes, finalmente, al Jubileo del 2025. “¿Cómo podemos los jóvenes prepararnos para el Jubileo?”, fue la pregunta de Miguel. “Jubileo viene de la palabra júbilo y júbilo es alegría”, respondió el Papa. Por tanto, debemos “prepararnos siempre con alegría”, que es diferente a “diversión”, que no siempre es algo “bueno”.
Oraciones, globos y saludos
Para concluir, Alice, una niña, leyó una carta en nombre de toda la comunidad de “Estate Ragazzi”: “Una experiencia magnífica”, la calificó. El encuentro concluyó con una oración, seguida del lanzamiento de globos de goma natural de varios colores (entre ellos uno blanco para el Papa) con la misma inscripción impresa en la pancarta detrás de Francisco:
“A ti, querida chica y querido chico: son preciosos a los ojos de Dios”. Un gesto simbólico para hacer llegar las palabras del Papa al mayor número de personas posible, explicaron los organizadores. A ellos y a todos los niños, otro agradecimiento de Francisco: “Gracias por el espíritu de alegría que tienen”.
Texto y foto: vaticannews
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