En los últimos 70 años la Santa Sede, a través de las Obras Misionales Pontificias, como Obras del Papa que son, ha estado siempre al lado de la Iglesia del Congo, apoyando su crecimiento y la labor, primero de los misioneros, y después del clero local y las congregaciones religiosas que han ido naciendo en el país, fruto del dinamismo de sus comunidades cristianas.
Gracias a la generosidad de los fieles de todo el mundo con las diferentes campañas y distintas Obras Misionales, solo en el año 2020 se enviaron 5 millones 849 mil 713 dólares a la Iglesia congoleña. Una suma que engloba los subsidios ordinarios enviados a cada una de las 48 diócesis. Otra importante partida son los 520 mil dólares destinados a la formación y necesidades de los catequistas, verdadera columna vertebral de la Iglesia en el Congo y, en gran parte, explicación de su crecimiento.
Con el resto se han financiado equipamientos parroquiales, escolares u obras en conventos y casas de religiosas. También, con las ayudas de las Obras Pontificias de la Infancia Misionera, se ha ayudado a la construcción de escuelas, a su equipamiento y a la escolarización de niños refugiados, huérfanos, discapacitados, entro otros.
La Iglesia, durante estos años, pasaba de ser una minoría muy activa en el campo de la educación, la asistencia sanitaria y la ayuda social, a convertirse en la primera confesión del país. Si se toma el ejemplo de Lubumbashi, una de las arquidiócesis del país, que ha pasado de los 72 mil católicos y tres parroquias de 1950, a los casi dos millones actuales y 75 parroquias.
Un crecimiento que se ve también en las vocaciones. De 67 sacerdotes, todos religiosos misioneros de 1950, a los actuales 363 sacerdotes, casi todos ellos congoleños, con una muy pequeña presencia de misioneros. Además, la archidiócesis de Lubumbashi ya lleva años enviando misioneros, a través de las vocaciones religiosas. Y todo ello a pesar de ser «tierras probadas por largos conflictos», como decía el Papa en el Ángelus de ayer, domingo 29 de enero, en el que pedía oraciones que acompañasen su viaje.
Crédito de la nota: OMPRESS.
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