Gracias a la iniciativa promovida por el Movimiento Cultural Cristiano, cada 16 de abril se celebra el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil. En este día alzamos la voz por aquellos que tienen derecho a vivir sin ser explotados, a jugar y estudiar, para formarse como ciudadanos.
Con motivo de este día, el papa Francisco publicó un mensaje en su cuenta oficial de Twitter:
La historia de Iqbal
Este día internacional fue instaurado en memoria de Iqbal Masih, un niño pakistaní que murió con sólo 12 años por promover la defensa de los menores frente a la explotación laboral.
Iqbal Masih nació en 1983 en Muridke, Pakistán, en el seno de una familia muy pobre. A los cuatro años ya trabajaba en un horno y a los cinco fue vendido a un comerciante de alfombras. Fue obligado a trabajar entre 10 y 12 horas al día, sufriendo también desnutrición.
Cuando sólo tenía nueve años, se escapó de la fábrica y participó con otros niños en una manifestación del Bonded Labour Liberation Front (Frente de Liberación del Trabajo Forzado). Al volver a la fábrica de alfombras, se negó a seguir trabajando a pesar de las palizas. Las amenazas obligaron a la familia a abandonar el pueblo, e Iqbal volvió a la estudiar, hospedado en un albergue del BLLF.
Los Derechos de los niños
En 1993, Iqbal comenzó a asistir a conferencias internacionales, sensibilizando sobre los derechos negados a los niños trabajadores paquistaníes y contribuyendo al debate sobre la esclavitud global y los derechos internacionales de los niños. En diciembre de 1994, a la edad de once años, recibió el Premio Reebok de Derechos Humanos en la Universidad de Boston.
La muerte
Lamentablemente, el 16 de abril de 1995 Iqbal fue asesinado en Pakistán. Hasta la fecha, el crimen no ha sido esclarecido y hay quienes atribuyen el delito a la llamada mafia de las alfombras, mientras que otros creen que fue víctima de una discusión que acabó mal con un agricultor. No obstante, la batalla de Iqbal nunca murió, y hoy continúa a través de asociaciones y campañas de sensibilización, además, en muchos países del mundo, calles, plazas, jardines y escuelas llevan el nombre de Iqbal Masih.
Tendrán que rendir cuenta a Dios
El Papa ha pedido en numerosas ocasiones que se incrementen los trabajos contra la esclavitud infantil. “Mucha gente, en lugar de dejarlos jugar, los hace esclavos: esto es una plaga. Una infancia serena permite a los niños mirar con confianza hacia la vida y el mañana. Ay de los que sofocan en ellos el impulso alegre de la esperanza”, sentenció Francisco en la Audiencia General del 12 de junio de 2013.
“¿Piensan que esta gente que trafica personas, que explota a las personas con el trabajo esclavo tiene en el corazón el amor de Dios?”, señaló el Papa un año después, en la Audiencia General del miércoles 11 de junio de 2014, en la catequesis dedicada al temor de Dios. “No, no tienen temor de Dios y no son felices. Que el temor de Dios les haga comprender que un día todo acaba y que deberán rendir cuentas a Dios”.
Luego, dirigiéndose al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede con motivo de las felicitaciones de Año Nuevo en enero de 2018, Francisco direccionó la explotación infantil a modelos económicos equivocados, llamando a los gobiernos, como ha hecho muchas veces, a encontrar juntos estrategias políticas adecuadas:
“No podemos pretender que se plantee un futuro mejor, ni esperar que se construyan sociedades más inclusivas, si seguimos manteniendo modelos económicos orientados a la mera ganancia y a la explotación de los más débiles, como son los niños”.
Las cifras
Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, celebrado el 12 de junio, Unicef recordó que en todo el mundo hay 152 millones de niños (64 millones de niñas y 88 millones de niños) que están involucrados de alguna manera en el trabajo infantil, mientras que casi la mitad de ellos están empleados en trabajos clasificados como peligrosos. En las regiones más pobres del planeta, se calcula que casi uno de cada tres niños trabaja.
Crédito de la nota: Vatican News.
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