10 diciembre, 2024

El Papa da los 3 consejos clave para ser verdaderos discípulos y misioneros

El Santo Padre recibió a la comunidad del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano y les recordó lo que significa ser discípulo y misionero para que cuando vuelvan a sus pueblos de Latinoamérica, sigan siendo «pastores del rebaño y no clérigos de Estado».

«Estos años en los que ustedes están en Roma son un tiempo de gracia que el Señor les concede para profundizar en su formación, no sólo a nivel intelectual, académico, sino, además, para experimentar la riqueza y la diversidad de la Iglesia universal». Con estas palabras el papa Francisco inició su discurso dirigido a los miembros del Colegio Pío Latinoamericano, a quienes recibió en la Sala Clementina del Vaticano.

El Papa, en primer lugar, centró su discurso en el significado de dos términos: discípulos y misioneros. Después, dio tres consejos clave para convertirse en uno de ellos.

¿Qué significa ser discípulos?

Francisco explicó que, siguiendo el ejemplo del evangelio de Juan, en el que vemos que Andrés fue uno de los primeros discípulos de Jesús, están llamados a «renovar siempre ese encuentro con el Señor, cotidianamente, compartamos su Palabra, permanezcamos en silencio ante Él para ver qué nos dice, qué hace, cómo siente, cómo calla, cómo ama».

«Dejémoslo que sea “Verbo” en nuestras vidas y, si me permiten la imagen, dejémoslo “conjugarse” en nosotros y a través nuestro. No le impidamos que actúe en nuestro ministerio en primera Persona. ¡Qué Jesús tenga voz activa en cada una de nuestras decisiones! Somos ministros suyos, pertenecemos a Él y nos llamó para “estar con Él”. Esto es lo que significa ser sus discípulos».

¿Qué significa ser misioneros?

Siguiendo con el ejemplo del evangelio de Juan, el Papa recuerda que el encuentro de Andrés con Jesús no lo dejó tranquilo y de brazos cruzados, sino que lo transformó, ya no era el mismo de antes, no podía más que ir a anunciar lo que había vivido y al primero que encontró para decírselo fue a su propio hermano, a Simón Pedro. «De este modo, Andrés se “estrenó” como misionero» dice el Papa. Por eso, afirma: «También a nosotros nos esperan nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que aún no han experimentado el amor y la misericordia del Señor, para que les anunciemos la Buena Noticia de Jesús y los conduzcamos hacia Él. Salir, movernos, llevar la alegría del Evangelio, eso es ser misioneros».

Los verbos «estar» y «salir» resumen el sentido de nuestra vida

El Papa también señaló como ejemplo el evangelio de Marcos en el que resume la llamada de Jesús a ser discípulos y misioneros: «llamó a los apóstoles para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar», dice el Papa, centrándose en esos dos verbos: «estar» y «salir»:

«Ese es el sentido de nuestra vida. Se trata de un camino “de ida y vuelta”, que tiene a Jesús como punto de partida y de llegada. No olvidemos que “estar” con Jesús y “salir” a anunciarlo es también estar con los pobres, con los migrantes, con los enfermos, con los presos, con los más pequeños y olvidados de la sociedad, para compartir con ellos la vida y anunciarles el amor incondicional de Dios. Porque Jesús está presente en esos hermanos y hermanas más vulnerables, ahí Él nos espera de un modo especial», afirmó Francisco.

«Y no se olviden de volver a Él, cada noche, después de una larga jornada; pero ojo, a Él, no a la pantalla de un celular», dijo.

Primer consejo: No sean adictos al celular, sino al encuentro con Jesús

El papa Francisco señaló en primer lugar la importancia de conectar, al final del día, con Jesús, y no con la pantalla del celular que «nos atiborra de cosas».

«Por favor, no sean adictos a ese mundo de escape. No sean adictos. Son diversos pasos que te van quitando la fuerza. Sean adictos al encuentro con Jesús, y Él sabe lo que nos hace falta y tiene una palabra para decirnos en cada ocasión», explicó.

Segundo consejo: No negocien nunca la pastoralidad

Francisco dijo al principio de su discurso que cuando vuelvan a Latinoamérica sean «pastores del Pueblo de Dios» y no «clérigos de Estado», e insiste una vez más: «Por favor, no negocien nunca la pastoralidad. Pastores del Pueblo de Dios, no clérigos de Estado. No caigan en el clericalismo, que es una de las peores perversiones. Estén muy atentos, el clericalismo es una forma de mundanidad espiritual. El clericalismo es deformante, es corrupto, y te lleva a una corrupción, una corrupción almidonada, con la nariz parada, que te aparta del pueblo, te hace olvidar el pueblo de donde saliste».

Tercer consejo: Sean pastores del pueblo, no clérigos de Estado

El tercer consejo que da el Santo Padre es que no caigan en «la peste del clericalismo»: «Por favor, cada vez que se hacen más “exquisitos” en el sentido verdadero de la palabra, o sea, más alejados del pueblo, cada vez que hacen eso, se apartan de la gracia de Dios y caen en la peste del clericalismo. Pastores del pueblo, no clérigos de Estado». Antes de concluir su discurso les exhortó a «pedir la gracia de saber estar siempre delante, medio y detrás del pueblo, metidos con el pueblo del cual Jesús los sacó».

Crédito de la nota: Vatican News.